Rebobiná y le das play. Anotás los errores uno por uno, los estudiás, repestís que eso no se hace. Formulás nuevas preguntas y mas respuestas a las que ya había... Volvés a mirar una y otra vez hasta que no te quede nada sin analizar. "La próxima vez no va a haber errores de ese tipo me lo aseguro" y la tenés clara.
Esperás a que te toque de nuevo la situación problemática y no llega... Ya va a llegar, te repetís infinitamente. Caminás por tus pensamientos esperando a que el problema se vuelva a plantear, asi no tenés que sufrir mas. Orgullo puro, pero satisfactorio al fin. Mientras tanto repasás una y otra vez, no va ser cosa que se te olvide el cómo reaccionar...
Pero en ese tiempo que pasó y vos tratabas de entender... El mundo cambió, vos cambiaste, las cosas cambiaron... Pero lo que te cuesta aceptar es que los errores no dejan de presentarse: Te olvidaste de seguir viviendo, y peor que eso: Volviste a cometer el mismo error pero en otra ocasión; y seguís pensando en algo menos importante que tu propia felicidad.
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