(Encierren a la loca)

Esta vez no es culpa mía, es de la mujer que vive dentro de mi.
Bien, acá volvío de nuevo todo como antes. Estoy en el mismo lugar -no reconozco por donde, creo que debe estar cerca de cursilanda, porque esto apesta- por cuarta o quinta vez en siete meses aproximados.
No logro determinar con exactitud que es lo que quiere la mujer que vive dentro de mí, pero estoy segura que si no nos ponemos de acuerdo alguna de las dos va a terminar herida. Puedo asegurarte, estimado lector/a que cuando se pone melancólica, es realmente insoportable. ¿Porqué hablo de mi como dos partes? Porque la mujer que tengo adentro cree en su instinto de mujer, y yo (la mujer que piensa lógicamente y no cree en los hombres, no cree en el, y básicamente no cree que le importe lo que ella piensa que le importo) dice que para el amor ella no está hecha. ¿Quién gana exactamente hoy? Ella.
La chica que me patea desde adentro (y no presisamente es un engendro, perdón hijo) me está matando con su insistencia a dejarme maltratar un rato. Ella está mazoquistamente hecha para el amor (emocionalmente hablando, claro). La vida, el señor que esta allá arriba que se dedica a jugar con mis pensamientos, y la propia mujer que vive adentro mío no me dejan en paz. Asique tomamos la determinación de volverlo dejar entrar.
Siempre estuvo adentro de todos modos, pero supongo que hoy, por problemas psico-menstruales, estoy súmamente histérica, gritona y sensible. Además, como pasa una vez por mes en mí, estoy reflexiva, doy consejos que creo yo que son justos a medida de los que se solicitan (algo rarísimo, los consejos no son mi fuerte) y estoy bastante sociable. Sobre todo con el Esta chica apoderada de la razón cree ver señales en torno al tema, y me está sacando de quicio. Me estoy haciendo adicta a las segundas oportunidades, y al amor.

Pero ojo, todo esto sólo va a durar un par de días mas, asique por favor esperen al regreso de la antigua Florencia. Gracias.