Todos los años pasa lo mismo: la gente se queja por doquier, reinan los morados y 'bordoes', las frazadas acumuladas empiezan a hacer más peso con el correr de los días y te despertás agotada de tanto luchar contra ellas; los colectivos se convierten en una cuna de gripes al asecho, los rombos parecen por arte de magia, los noticieros hablan de una supuesta e inminente nevada en Buenos Aires (que creo muy poco probable) que nunca termina por suceder y la frase de mi madre con más replays en el mes es "tapate ese cuello".
Si hay algo que nunca ha cambiado, en consecuencia, es que para esta época ya hace un frío de cagarse. Nos quejemos o no.
Ajo y agua.. Nada que un té caliente no haga pasar.
Bienvenido invierno, aunque la fecha no sea la oficial ya estás entre nosotros desde hace semanas.
Cada vez que te veo estoy más vieja (por supuesto) y friolenta, pero siempre vas a ser uno de mis grandes amores.
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