¿Envenenaste alguna vez a algún insecto?
Lo ponés dentro de un frasco, lo llenás de veneno y rápidamente ponés la tapa para mirar a la víctima morir.
Un placer que pocos se pueden dar.
Ambos saben que el aire se empieza a contagiar de un aroma a catástrofe y que tarde o temprano él va a dar el suspiro final, es una cuestión de tiempo y lucha. Ser testigo de como intenta escapar desesperado por un poco de vida y finalmente vencido cae despacio por el aire con gracia de bailarina, dejando una aureola invisible llena de muerte y soledad.
Una danza mortal.
Después desarmarlo, porque nunca es suficiente cuando no se puede parar.
A su cadáver sacarle las alas, separarle las patas; y al cuerpo... hay tanto que no se sabe por dónde empezar. Cortarlo a la mitad, examinar su interior, aplastarle los órganos con la punta de un lápiz filoso..
Que de él no quede más que un montón de desperdicios,
destruir todo, incluso su dignidad.
... ¿y viste entonces alguna vez a una mujer enamorarse de quién no le corresponde?
La dulzura está en la tortura, mi amor.
1 comentario:
Na que buen texto, mientrás lo leí pensé en mientras que matás al bichito pensás en alguien que odiás AJAJAJAJ
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