martes, 13 de noviembre de 2012

Historias de amor

Hace un corto tiempo una linda mujer se sentó en el tren al lado mío, tan bella en sus maneras que no pude dejar de mirar; la espiaba suavemente y de reojo, con recelo... ella era un ser digno de admirar.
Entretenida con su teléfono pude deducir que estaba interesada en un alguien -podía leerse en sus expresiones y en su atención a lo que sea que esté pasando en su universo- mientras esos mensajes iban y venían. Pude imaginarlo todo.
Noté que uno de todos esos no se había terminado de escribir...
Sólo decía no.

No.
Pasó al menos medio minuto mientras ella miraba la pantalla, y miraba al más allá consumida en una larga pausa; borró el no, para volverlo a escribir.
No.
Pensaba más.
Seguía el no, tajante y rotunda negativa en la pantalla, con el cursor destellante pidiendo a gritos que haga algo, que por dios haga algo.
¿qué pasará detrás de esa negativa?
¿y por qué tardaba tanto en eviarlo? Significaba que no era un comentario al pasar, no era un sólo no como tantos otros que supo decir en su experimentada vida.
Era una de esas figuritas difíciles.

Estoy segura que era para algún el, o tal vez para ella... uno particular.
Era para quién robaba sus noches despertándola en la madrugada, pensando en cuanto extrañaba su cuerpo en la oscuridad. Que era para quién robaba sus horas por la mañana manteniéndola cautiva a su lado, casi sin que se diera cuenta, tomando fragmentos de su alma y haciéndola más suave y motivada, haciéndola casi dependiente de ese amor que le ofrecía.
Ese amor dominante... que más allá de todo, la hacía sonreír como ninguna.
Ese amor, que sin su fuente era aire.

¿Cuánto de todo eso ella tomaba?
¿Cuánto era capaz de devolver?
¿Y cuantas otras historias de amor habría en ese tren, en ese mismo instante, pasando frente a nuestros ojos?
Solo hay que imaginarlas y darles lugar.

2 comentarios:

SantitAh dijo...

Es que sí... si uno se pone a observar hay miles. Una amiga les inventa historias con sólo mirarles las caras. Yo voy tan ensimismada en la música y leyendo libros cuando viajo que nunca leo otra historia que no sea la que me cuenta el escritor de turno y las que me armo en mi cabeza cuando alguna canción me pega demasiado.

Que andes bien

efe dijo...

viste.. son esas cosas que a todos nos gustaría saber. innumerables historias.