Cuando era chica sabíamos decirle lo hondo a esa parte de la pile donde era peligroso ir porque sin aviso quedabas a la deriva y ya no hacías pie.
Saber nadar siempre permitió sortear algunos obstáculos, ¿saben? ir más allá, meterse dónde no nos llaman (ni nos llevan) pero tienta; meterse bajo el agua porque había más lugar para nadar.
Animarse, ir a tocar el fondo con las manos.
Salir; decir 'llegué'.
Si supiese mentir hasta podría decir que ya he olvidado...
Momento.
Aprendí, en algún punto, a largar los brazos; a liberar su cuello, a irme hacia lo hondo-
Soltar.
Pero a pesar de que abrí mis manos, el dolor no se va. Está esperando la corriente para volver a rebalsar.
Yo espero la corriente, en cambio, para que me eleve con ella y flotando mi cuerpo llegue a la superficie, poder salir.
Salir nadando.
Voy.
Mientras tanto, paso mi semana con Campo.
2 comentarios:
Una amiga suele decir que no entiende para qué la gente se esmera en remar si la adrenalina viene cuando te lleva la corriente. Es tan genial y cierto... lo malo es que uno no puede controlar la corriente.
Que andes bien
Me gustó mucho el campo. Chau, la radio está muy buena.-
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