Resulta que si hay algo que me revienta, que me supera, que no tolero...
es que la gente intente decirme como es el mundo, sin pelos en la lengua.Así nomás, que vengan y me digan como son las cosas en dos minutos, que yo estuve viviendo hace un año.
Que cuando yo fuí,
ellos volvieron con la velocidad de la luz, en una sola pata, y parando en el camino.
Y no es que crea que me se las obras completas, dejenme justificarme... La loca está parada en el lugar donde ellos creen estar -solo de pasada- hace un buen rato.
Bienvenidos a mi vida, por si no sabían es de mi propiedad intransferible.
Y me vienen a decir
a mí como es todo, como se ve el mundo que yo transito día a día, como es la gente con la que interactué, como tengo que pensar mis situaciones vividas, como debí actuar... como debo preocuparme de
mis propios problemas.
Sí, me pasa con un caso
y me pasa con miles.Porque como ejemplo no tengo este, tengo muchos: "
porque vos vivís del arte y sos una vaga" -corrección, no vivo del arte ni por más que quisiera, vivo de lo que me gusta y empleo mi tiempo de mi forma particular- "
porque todavía ni empezaste tu carrera, ¿en qué querés apoyo?" -porque me rasqué todo un año al pedo sin dormir por las noches y levantandome cuando aun no ha cantado el gallo por placer- "
¿por qué tanto odio? a mi no me parece mal tipo, si no dijo nada" -porque yo nohable una sola vez, hable más de un millón, no dos minutos, hable horas-
Es decir... ejemplos. No quiero llenar de cosas con las que he aguantado, he tolerado y aun sigo acá, viviendo y sonriendo gracias a tanta gente con tantas almas caritativas de apoyo y alegría.
El tema al que apunto es que no es Fulanito ni el primo de mengano, el verdulero de la vuelta de la casa de mi ex vecina (que a propósito: me importaría tanto como la economía rural de la antigua checoslovaquia)
Son mis amigos, mi familia... mi gente.No son simple consejos... son fanfarroneadas, son comentarios que podrían ser reemplazados por buenas enseñanzas.
Mi mundo, mi esfera, mi pequeña población de gente querida que me ha traicionado de una forma particular: no creyendo en mí.
¿Acaso todos somos así? Me asusto, ¿yo soy así?
¿Es así como me comporto también? Me alarmo: ¿actúo despreciándolos, basureándolos?¿tanta desconfianza les tengo?
Opto por creerles esta vez a quienes en verdad me apoyan,
a quienes si confían en mi camino de vida, creen mi palabra, admiran mi esfuerzo y saben que lo que le cuento es mi simple vida y que ellos por más que lo intenten, no viven lo que vivo.