miércoles, 11 de marzo de 2009

Bajo la llovizna del atardecer.

El dilema de nunca acabar ha comenzado, ya que se presenta la ocasión de observar mis sentimientos por millonésima vez: No se si la lluvia me depresiona o me relaja.
¿A qué voy con esto preguntarás? Es idiota pensarlo, pero hace tiempo atrás la odiaba, y ahora es algo que me encanta. Me di cuenta que siendo levemente mojada del camino a casa, caminando analizando una frase en ingles haciendo alución una chica que se suicida me dije: "No, suicido lo último situado en mi lista de cosas que haría en vida en este mundo" (justo después correr en bolas por Cabildo y Juramento a plena hora pico en un dia hábil, por poner cualquier ejemplo estúpido de una cosa que no haria sin un miligramo de heroína en mi sangre)
Estaba contando que caminaba por la calle, y miré a un chico que caminaba muy rápido, algo que haría cualquier persona normal bajo la lluvia, pero en vez de apurarme porque me mobaja dije: "Cada vez que te preocupás por apurarte, la hora se pasa más rápido, y no te das cuenta que te perdés de cosas geniales, como por ejemplo ver el cosquilleo continuo de la llovizna en tu cara." A partir de ahora, voy a vivir mas tranquila, voy a disfrutar mas momentos como esos que no todos los dias se dan, y como me paso hace un mes en un caso particular mirando el crepúsculo en una playa, no se si se va a poder repetir jamás... wellcome back.

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