Conozco de ambos lados, del que se arriesga y el que se queda con lo que se tiene; y por lo que he visto, ambos tienen razón.
No soy imparcial, me quedo con el arriesgue; qué más da, todos tenemos nuestras preferencias.
No me he arriesgado pensando en lo que gravemente podía pasar después, sí suponiendo pero jamás temiendo; lo que se hace ya o estamos haciendo y no se puede dar marcha atrás, desde luego que eso no cuenta en la palabra #arriesgue, porque ya no sería jugárselas completamente si lamentamos en cada segundo la milésima anterior de acción en encubierto.
Pero así como no se piensa jamás en lo malo, generamente no se piensa en las consecuencias buenas. No me imaginé lo que soy ahora antes de cruzar esa puerta que está a mi izquierda, ni se me cruzó por mente lo que pasó inmediatamente después de que ya estaba afuera: mi futuro estaba cursando y forjándose en cada paso que yo daba. Afortunadamente me considero valiente para estos temas, y con certeza moví la pieza que apostaba al cambio.
Y como resultó la primera vez, ya es válido arresgarse una segunda.
Si perdemos puede que perdamos todo, o que no perdamos nada. Si se pierde no hay mas fondo que eso; si no se arriesga, hay un círculo crómático de opciones que pudiesemos haber arriesgado.
Punto para el arriesgue, justifico mi opción.
Y volví a salir por esa maldita puerta, voví a liberarme una vez más después de muchos meses de hacer lo correcto. No hay nada, y lo digo sin dudar, que se compare a la acción de ser escondido. La sangre corre de otro modo, circula eufórica por el cuerpo, y es tu mente la que con velocidad se accióna. Que mejor ejercicio que charlar con vos misma, y plantearse cada paso del plan estratégicamente calculado.
Siempre las segundas versiones son mejores que las primeras- recité con mi mente al saber que todo había salido bien.
Y en esta segunda versión, desperté como se debe.
Desperté con un abrazo, sin miedo y con calma.
Desperté con alguien al lado, casualidad que se trataba de quién más quería.
Y toda esa adrenalina que involucra el arriesgue, se volvió una paz eterna que aún puedo sentirla acá adentro.
Por eso puesta el que no teme.
¿Quién te quita lo bailado?
Para eso sirve arriesgarse.
Siempre está a recompenza.
¿Quién te quita lo bailado?
Para eso sirve arriesgarse.
Siempre está a recompenza.
1 comentario:
Oh damn!
Son palasos para mí... pero por otro lado me llena de felicidad por vos. En verdad te lo mereces!
Así que te vuelvo a felicitar y disfrutalo, sin miedos ni trabas!
Que andes re bien, Florence
Feliz fin de año!
Muchos bezitozz mujer
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