Paciencia, me exigí paciencia.
Me prometí a mi misma, ciegamente, que todo pasaría después, que solo tendría una pausa.
Paciencia.
Eso es lo que básicamente me dije, además de cosas improbables, me mentí diciéndome cosas estúpidas, pero con lógica. Entendibles, que en el desastre y la ira sonaban melodías hermosas. Casi soluciones mundiales.
Ahora solo intento mantener con mis débiles manos de humana mientras el gigantesco muro de concreto se tambalea.
Como si mi fuerza sirviese, como si no hiciese suficiente presión. ¿seré capaz de detenerme?
Tambalea, y quizás solo es un temblor.
Si no hubiese sido tan distraida, si hubiese sido suficientemente cautelosa de ver y escuchar lo que pasaba antes de que todo se volviese tan complicado... quizás ya no hubiese sido tarde. Pero lo es. Es complicado.
Paciencia estoy teniendo.
Nadie dijo que fuera fácil, mi mente me devolvió esa respuesta de dificultad al instante que propuse esta solución de cartón.
¿Es el muro el que se cae? ¿O soy yo quién se marea? ¿Estoy ejerciendo yo esta fuerza de más?
Me lo estaba creyendo.. por poco casi me lo creo por completo olvidando esas manchas negras.
Fingiendo que hago lo correcto, se que me tendré paciencia.
Sé que tendré la fuerza para liberarme.
Soy fuerte. Lo fuí y lo seguiré siendo.
No se cuanto tiempo voy a sostener esta mentira conmigo misma. No lo se. Tampoco sé cuando entraré en razón. Cuando dejaré de mentirme para pasar a la verdad. Tampoco se si ya dejé de mentir, y sólo ahora sigo con el drama por costumbre.
Es hora de aceptar. Estoy respirando. Me tengo paciencia.