Escribí en twitter casi sin pensarlo: "
ese momento de la noche donde no te querés ir a dormir, aunque lo necesites, porque sería aceptar muchos otros hechos."
No quiero dormirme todavía, aunque esté cansada, aunque lo necesite; no quiero acostarme y dejar que este día pase como si nada, y confundirlo con otro jueves del mes.
No quiero entender porque no quiero dormirme, pero quisiera hacerlo, para poder apoyar la cabeza y al fin soñar cosas que al otro día no entiendo.
De hecho estoy escribiendo, porque hay tantas cosas que no quiero aceptar, que las podría enumerar y no cansarme; no quiero aceptar cosas superficiales, como no quiero aceptar que tengo la edad que pensé que nunca tendría. Que mañana me levanto temprano, y que mañana voy a correr de un lado para el otro. No quiero aceptar que me gusta.
En todo este tiempo me olvidé de muchísimas cosas, como el entrenamiento que había logrado a aceptar las cosas sin quejarme tanto.
Además me olvide de como escribir interesantemente. Me olvidé que dejé que pasara eso que siempre dije que nunca dejaría. No me voy a olvidar otra vez, lo juro, que eso no puede pasar de nuevo.
Olvidé lo que se dice cuando no hay que decir lo que estás pensando, en la cara que se pone cuando eso que estás pensando no puede ser exteriorizado; me olvidé como mentir para que no se den cuenta todo eso que nadie debería saber, pero por algún motivo se lo dijiste a unos cuantos y que al fin no afecta en nada, pero hay gente en el mundo que sabe más de mí de lo que debería...
"
¿Qué pasaría si juntáramos todas las verdades que todos sabemos del otro?" sería un despelote.
Seremos siempre un conjunto de secretos que guardamos sin jamás dejar ir.
Me olvidé de como reprimir la alegría que no debería tener en ciertas ocasiones, me olvidé de como dejar ir.
Estoy mintiendo, jamás aprendí a dejar ir.
Sigo sin aceptar los hechos que me mantienen desvelada.
Tal vez no vaya a descansar esta noche, ni tantas otras noches, hasta que resuelva lo que encierran estos nudos en sus interiores.