El cansancio es mental y es agotador.
no es ni por el estudio, ni por el calor, ni porque el año está avanzado.
La asfixia proviene de la gente, que me trata mal todo el tiempo, y se trata mal entre sí.
Me pongo a pensar qué me contestarían, y me han dicho que "si es sólo por eso, que me dé por vencida, que me queda una vida y que el trato es siempre igual"
Y como humano pensante sostengo que no tiene que ser así;
bueno, no pretendo salir y que el vecino me espere con una sonrisa cuando riega su vereda, que la gente se saque el sombrero al pasar cerca mío, ni que mi jefe me reciba con un té porque no hice a tiempo a desayunar... sólo que me traten con menos agresividad.
Me alcanza y me sobra.
y pretendo poco: no el colectivero, ni el sodero, ni la gente apurada (no vendría mal tampoco ahora que lo pienso)... sino mi familia, más que nada mi papá.
pensé que había llegado a una edad en la que convivir no era un trabajo, sino un hecho de comunidad, pero como me trata ese hombre que ya no reconozco como mi padre, da que desear y mucho.
Llegué al punto de no soportarlo, de pensar que soy una carga para él, de no entender qué le pasa cuando me plantea situaciones que no encuentro problemas, de consultar menos y callar más, al punto de desvalorar sus consejos porque no pueden coincidir jamás con un punto de vista de una persona que quiere ver crecer a otra; llegue al punto, hoy en día, de irme si está el, y habitar en paz cuando no se encuentra y aprovechar mis momentos cuando estoy sola.
y no me da costumbre, sino pena; porque no hay necesidad de sentirme así, y no se da cuenta por más que se lo grite.
Es un ejemplo, sí, para saber como no hay que tratar a los demás para hacerlos sentir tan mal.
¿Es una prueba? probablemente, la paciencia se ejercita en las situaciones de riesgo.
Cuando me vaya a vivir de lo que el cree imposible, con mis ideales sostenidos con mis propias manos, con mis metas logradas sin su ayuda, probablemente va a extrañar el poder darme un consejo y que yo lo escuche con respeto.