martes, 13 de julio de 2010

Frío.

Dicen que en invierno se nota mas, pero yo creo que es porque el hombre no está acostumbrado a imaginar sin una experiencia previa.
A veces hace tanto frío que no querés oír lo que otros tienen para decirte. Ni siquiera podés mirar fijo, no podés hablar; los huesos se te congelan, y los músculos pasan a formar una masa junto a tu piel, una masa inútil que se está por romper, que de nada sirve para protegerte de esa helada que amenaza con tirarte al piso y dejarte inválido hasta morir.
A veces ese frió parece apuñalar mas fuerte de lo que realmente golpea, y se necesita mas que una cobija para alejarse de esa sensación de muerte. La resurrección no está en la carne, está en el alma, es necesario tapar al alma para seguir resistiendo. Acunarla, alentarla, inflarla, eso es resistir, taparla para protegerla aun con 40 grados de calor, porque lo externo no es mas que invalidado, lo externo no sirve.
¿Qué serían los huesos sin el alma?
Un manojo de maderas astilladas, cubiertas por una tela fina que simula ser suave, blanda y cálida. El esqueleto pasa a ser un significado vacío y redundante, solo sirve para ejecutar la fuerza que no viene ni del mas allá ni de su propio sentido. El alma no está adentro cual tesoro dentro de cofre, el alma está en todas partes.
En tus pies, en tus manos, en tu cabeza, y hasta en esa última voluntad que te queda cuando a pesar de necesitar descanso seguís de marcha y aunque fuere gateando, avanzaste un centímetro mas. El alma no tiene consistencia, no tiene color, no tiene forma; no es ni como el gas que se expande, ni como el líquido que avanza acaparando lugar, no se solidifica ni se extingue con el tiempo.
El alma es el alma, y no esconde una verdad mas verdadera que su propia existencia.
Porque el alma son tus pies, con tus zapatos y tu soporte para caminar; son tus piernas articuladas que se adelantan, es tu columna que te mantiene erguido a pesar de la nevada, son tus manos que se sujetan para no caer cuando no pueden mas; son tus brazos que abrazan con fuerza al camino, y es tu cabeza que piensa, y se gira ante el panorama; tu mente junto a su poder, tus ojos cuando advierten, tu boca cuando previene, son tus oídos que se alertan, y es tu sentimiento profundo que empuja con fuerza para levantarse.
No es una parte buena ni mala, porque no existe tal parte mala.
Son tus ganas de vivir que está por sobre todo, porque su meta no es sobrevivir, tampoco no morir... Sino seguir siendo.

5 comentarios:

SantitAh dijo...

Muy bueno, Flor!
Es profundo y sincero. Me gusta

eugenia. dijo...

el dualismo de platón, y de florencia.


me gusta, pero tengo frío

M dijo...

me encanta lo que escribis, waa vos sos escritora y yo te promociono el libro donde sea (?)
chee hablando de almas y como las describis leiste the host de stephanie meyer? exactamente como la describis asi rarita, sin forma, unica es la del libro jaja no te dejes llevar porque habla de extraterrestres :D

xoxo

Alicia en el pais dijo...

que lindo texto!!! ¿Que serian los huesos sin el alma? ! me encantó y además amo el frio...

Lulú toma el taxi. dijo...

viste, cuando lees algo, y tenes al toque imágenes visuales, eso me pasa,
que siga el frió total!...
un beso!