Ser capaces, tener la fortaleza necesaria, tomar y no soltar.
Tendremos energías cuando las ganas nos muevan, y cantaremos cuando la voz nos pida desde adentro, muy adentro, que quiere ser sonido.
Nos impulsarán las fuerzas interiores, (y no las condiciones exteriores) y seremos más libres de lo que pensamos; el tiempo nos marcará, no nos apurará, y encontraremos la paz cuando de colores queramos vestirnos, cuando logremos ver la luz.
Cuando la pureza nos invada, tendremos ganas de vestirnos de blanco, y cuando la muerte esté cerca, sabremos cuando callar y darle respeto.
Sacar al miedo,
no le daremos lugar, nunca, porque todo lo anterior se desvanece. Si las energías de la histeria y la desesperación se sienten bajo tus talones, ¿te parece que no se sentiría el temor flotando entre nosotros, saliendo de tus ojos, de tus manos, y de tus pasos temblorosos?
saquémoslo.
Se olvidará cuando no se haga falta ser recordado, y se recordará cuando haya algo en el fondo que quiera subsistir; aprenderemos cuando lo estemos listos, y seremos capaces de tomarlo como método de vida cuando estemos preparados.