sábado, 27 de octubre de 2012

y viceversa

Creo que la muerte está relacionada con los pequeños momentos que despiden una parte de nuestra alma.
Porque se fragmenta al caer, me desmayé mientras intentaba reponerme, y en vez de hacerse fuerte... solo se acostumbra.
Cuántas veces, siento como si ya lo hubiese pasado. Preferiría no haberlo tenido que vivir desde este lado, tan en primera persona, tan directo... y tan de golpe.
Yo soy la que no, de nuevo. Pero de nuevo en serio. Así.
Charlas conmigo misma.
Ya lo sabía. No hay palabras, qué de mentiras..
Acostumbramiento trae cansancio, y el cansancio actúa como un sedante que en conjunto con el dolor tiñe el agua con sangre, lentamente empieza a correr por todos lados.
Teñir. Uno, dos, tres. Los segundos corren, ella se esparce.
cuatro, cinco, seis...
y nunca para.

Las lágrimas, mis lágrimas.. ¿acaso se volvió una costumbre llorar? ¿y por esto?
Qué malos presagios, sabían que vendrían con el tiempo.
Mis lágrimas queridas, desperdiciadas al viento... son ellas las que siento en lugar de caricias, estas lágrimas, siempre conmigo... ¿o son mi sangre?
Me tranquilizo en lugar de alarmarme: ellas son mi sangre, y viceversa.

1 comentario:

Sol dijo...

Uf! Qué decirte... fue muy fuerte leer esta entrada. Se me cruzaron muchas cosas y se mezclaron otras tantas. Puede ser por mil motivos e incluso, me animaría a decir, por sentimientos compartidos. Fuerte, como dije, pero a la vez se sintió como una caricia. Gracias...