sábado, 28 de julio de 2012

escala de grises

Así fue como hasta ahora pasaron los días, y mientras tanto los meses; lentamente, esperando.
Nunca estuvo bueno aguardar que algo pase, pero a mi modo mis cosas.
Esperando de esa forma tan particular, donde mis jornadas son convertidas en algo casi agónico, llenas de comas y largas pausas como estas oraciones que relatan parte de mi vida. 
Oculté tanto a tanta gente que se terminó convirtiendo en un secreto que sólo era mío, que me pertenecía tanto como mi cuerpo y alimentaba mis pensamientos de una forma voraz y destructora; aún así pasó el calendario ante mis ojos mientras continuaba con mi vida, esperando internamente por una llamada (o al menos un sonido) que nunca arribó a destino.

¿Para qué engañarme? se que nunca se le ocurrió volver a mirarne, claro que sabía que nuestros ojos estaban sellados y era mejor no volverlos a abrir; tan ocupada su cabeza, tan agitada su respiración, porque fui testigo desde lejos de que sus corridas siempre eran para algo, para todo menos para mí.
¿Para qué sentir celos? la realidad es como es, y la mía elegí que sea así, he vivir los pequeños momentos que racionados me correspondían de una manera arbitraria, pero a mi perspectiva justa- esperando poco tal vez me llevaba a casa algún que otro momento agradable.
Entonces por eso digo que sé que nunca pensó en hablarme,
por las dudas no molestarse, siempre por las dudas,
siempre menos,
que siempre -dicen- es más.

Yo, entonces, acá mientras tanto odiando al silencio que me quitó tanto, con mi pañuelo en la mano, con el resto de mis cosas en la otra, compensando el peso que de alguna forma era equitativo. De todas las que perdí a lo largo de los años, de todos los grises que pintaron mis cuadros del recuerdo, era el más puro y el más agradable.



1 comentario:

SantitAh dijo...

:(
Sorry pero Marta me hace pensar y sentir en gris. Así que me llega bastante todo. Toooodo.
Y en parte me identifico, un poco, lo poco que entiendo.

Que andes bien